Sobre mí
No puedo contar la típica historia del que ha estado rodeado de motos desde niño. De hecho, el gusanillo me entró bastante mayorcito. Fue en un viaje por la sierra de Segovia, yendo de paquete en la GS1200 de uno de mis hermanos. Allí me di cuenta de las sensaciones que se tienen exclusivamente montado en una moto y de que necesitaba hacerme con una para poder saborearlas de cuando en cuando.
Conseguida la moto, el siguiente gusanillo fue la mecánica. Mientras trabajaba en telecomunicaciones iba estudiando lo que podía, practicando con una minimoto que era el único vehículo que podía meter en el semisótano madrileño en el que vivía. A la vez, el mundillo cafe racer iba calentándonos la imaginación.
Entonces apareció la Harley y con ella la decisión de darle la vuelta a todo, dejar Madrid y trasladarme a la antigua casa de mis abuelos para poder trabajar en ella en el garaje mientras estudiaba automoción.
Después ya vino todo lo necesario para ir evolucionando las habilidades. Unos años en un taller para aprender el oficio, otro año soldando para aprender otro oficio, otros proyectos, horas y horas de pruebas, vídeos y libros sobre chapistería en aluminio, otro oficio… Y creo que va siendo hora de dejar de abrir el abanico porque ya tengo tarea para estar varias vidas aprendiendo y afinando cada oficio, no terminaré nunca… Pero el mecanizado podría estar genial también, ¿no? o la aerografía, la impresión 3D… ¿quién sabe?